Evita el desgaste innecesario

Una de las enfermedades reumáticas más comunes, en personas mayores de 50 años, es la artrosis porque al ir envejeciendo se van desgastando los cartílagos que son los que envuelven el hueso y evitan el roce y los impactos que recibe la articulación. Esto se debe a que el líquido sinovial va perdiendo viscosidad y es el que mantiene hidratado y elástico al cartílago para que pueda funcionar sin problemas.

La degeneración del cartílago puede llevar a que crezcan osteofitos en las partes laterales del hueso que va deformando la articulación con la aparición de nódulos que limitan la movilidad. Por otro lado, a medida que van avanzando los dolores, aumentan las limitaciones articulares y esto significa que hay que tomar medicamentos cada vez más fuertes con sus respectivas contraindicaciones 

Aunque se presenta especialmente en mujeres después de la menopausia por obesidad o antecedentes familiares, también hay jóvenes que la padecen por realizar actividades deportivas de alto impacto, fracturas o lesiones o porque su actividad laboral requiere de movimientos articulares repetitivos que puede llevar a exceder el funcionamiento del cartílago y generar artrosis a largo plazo. 

Actualmente la artrosis se presenta en las manos, la columna, en la cadera y en la rodilla. El problema es que no tiene cura y aunque existen tratamientos naturales como consumir infusión de cola de caballo, calor y frio en la articulación o tomar jengibre con miel y agua, son específicamente para aliviar dolores pero no evitan que el cartílago se siga desgastando. Por eso, en muchos casos, la cirugía es la mejor solución a pesar de los riesgos que esto conlleva, en especial a personas de edad que padecen otras patologías. 

Dentro de las cirugías más frecuentes están el remplazo de cadera y rodilla porque han dado resultados estupendos y permite que la persona siga su vida normal con restricciones menores como saltar, subir y bajar escalones muy altos, hacer ejercicios extremos o esfuerzos mayores. 

Sin embargo, requiere que el paciente sea muy juicioso con las recomendaciones de los médicos, en especial los primeros tres meses y ser muy estrictos con los ejercicios de fisioterapia a pesar del dolor y las molestias. Una mala recuperación implicaría dolores a futuro o en el peor de los casos volver a tener que pasar por el quirófano y quedar con limitaciones más complicadas. 

Es importante entender que si somos propensos a tener artrosis hay formas de evitar el desarrollo de la enfermedad como tener una dieta saludable, hacer ejercicio moderado de acuerdo a la edad y sin excesos, no cargar constantemente cosas pesadas y tener una buena postura. 

Ahora bien, si ya la padeces evita aquello que te produce dolor sin dejar de mover la zona. Si hay artrosis de cadera, rodillas o columna hay que tener en cuenta que no es recomendable subir y bajar escaleras o cargar objetos pesados. También es importante caminar pero de forma pausada, no hacer largos recorridos y tener la ayuda del bastón. 

Finalmente, la mente juega un papel fundamental cuando padeces de una enfermedad como la artrosis porque hay que cambiar estilos de vida como tomarse la vida más tranquilamente, sin afanes y pedir ayuda para no realizar actividades que afecten más las articulaciones y así evitar el desgaste innecesario del cartílago. Eso sí, realizar los ejercicios recomendados por la fisioterapia y ser conscientes que entre más cuidados tenga menores limitaciones a futuro voy a tener.