No dejes de lado el cuidado de su piel

Cuando estamos al cuidado de un enfermo o adulto mayor es muy importante estar pendientes de su piel porque puede presentar lesiones cutáneas superficiales que pueden convertirse en úlceras si no se previenen con tiempo. 

Por eso, independientemente de la condición del paciente, el cuidador debe tener unas rutinas de higiene diaria y conseguir los productos necesarios para velar por su bienestar y evitar complicaciones. Por eso acá te damos algunas recomendaciones:   

Hidratar la piel

Cuando tenemos a cargo personas mayores es fundamental hidratarles la piel porque ésta produce menos células nuevas y su barrera protectora está más débil. Por eso el cuidador debe tener a la mano bloqueador solar y cremas súper hidratante con emolientes naturales como aceite de almendras, manteca de coco, complejo de vitaminas y ácido hialurónico para mantener la humedad natural de la piel y protegerla de los rayos del sol.

De la misma forma, si está postrado en cama o no lo puede hacer solo hay que hidratarle la piel mínimo una vez al día especialmente después del baño y hacerle masajes suaves de los pies a la cabeza haciendo mayor énfasis en codos, rodillas y pantorrillas. Además, en el baño aplicarle rinse o acondicionador en el cuero cabelludo porque esa zona también tiende a resecarse y produce comezón e irritación.  

Cambios de postura

Uno de los graves problemas cuando un enfermo no se puede levantar de la cama es que se hace presión en la misma zona de apoyo y esto genera úlceras severas que producen rasquiña, ardor y dolor. Por eso es importantísimo realizar cambios de postura del paciente en la cama y mantener las sabanas sin arrugas, bien estiradas, limpias y secas. También no hay que descartar la posibilidad de comprar un colchón antiescaras y cambiar las sábanas una vez al día.

Si el enfermo si se puede levantar de la cama buscar que se mueva así sea en el cuarto cada dos o tres horas para ayudar al sistema circulatorio y evitar problemas cutáneos. Es recomendable que sólo utilice la cama en horas de la noche o para dormir la siesta.

Higiene diaria  

El cuidado de la higiene diaria es fundamental para darle bienestar al paciente y evitar infecciones e irritaciones en la piel. Se recomienda bañarlo con agua no muy caliente, al igual que usar jabones con pH neutro para favorecer la humectación. También es muy favorable utilizar talcos para los pies, las axilas y zonas donde hay pliegues en la piel para que la sudoración no genere más resequedad.

Amor y comprensión

El baño es algo muy íntimo por eso es indispensable darle la confianza y cariño al enfermo para que la hora de la higiene personal sea un momento muy agradable a pesar de las limitaciones. Es crear un ambiente cordial y amoroso durante y después del baño, explicándole cada paso que se vaya a realizar para que el paciente se involucre con su propia higiene y ayude en el proceso.

Si al aplicar la crema hay dolor o irritación, es bueno comentárselo al médico y ensayar diferentes alternativas en jabones, cremas hidratantes o esponjas que no maltraten y que por el contrario ayuden al mejor bienestar para la piel del paciente.